Me levanté con una satisfacción que hacía resplandecer mi rostro. Luego de hacer algunas cosas en casa, me dispuse a un mini-receso antes del almuerzo. Ya instalada en mi cama me entró la necesidad de volver a escribir. Yo: Escribo de nuevo. Adamus: Estoy aquí. Sigo esperándote. Con su característico humor comienza a cantar: -Me estoy enamorando de ti y no lo puedo evitar.- Haciendo un comentario a su verso, afirma: -Sí, si se puede.- Hace una pausa y se burla: -Jajaja; tontos, humanos tontos.- Cantando continúa: -Hoy me detuve a pensar y no lo puedo evitar.- Nuevamente comenta su verso: -Si, si lo puedes.- Repite la pausa y la burla: -Jajaja, tontos, humanos tontos. Eso es lo que son: ¡Cobardes!- Me cuestiono sobre la identidad de quién me habla y le pregunto: -¿Quién eres? Adamus: No importa. Yo: Sí, si importa. Cantando responde: -Eres tu; soy yo; somos dos, dos y ya somos tres; no cuatro, veintiseis. ¡Qué importa!- Y complementa su juego diciéndome: -Ahora ...
Es mi manera de compartir; es mi manera de conectar con otros.
Relatos que inspiran la expresión de la conciencia y el despertar espiritual.