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Mostrando las entradas de enero, 2011

ME RENDÍ ANTE LA VIDA.
PARTE III...

Ingresé al Consultorio 4 y me esperaba un médico, joven, alto y apuesto que estaba acompañado de una enfermera también joven y cariñosa. Me preguntó si era a quien llamaba y le dije que sí; continuó con la pregunta de rutina y le expliqué, con frases entrecortadas y con la voz lastimada de tanto toser, que desde la noche anterior tenía un leve dolor en la garganta; que después de mediodía había tenido un exceso de tos a causa de la piquiña en esa zona que había terminado en vómito; que mientras dormía plácidamente una siesta me había empezado otro exceso de tos que había desembocado en un bronco espasmo severo y que a partir de ese momento, cada vez que tosía me sucedía lo mismo pero con menor intensidad y que todo ello conjugado me impedía mi normal respiración. Continúo haciéndome varias preguntas a las que respondí negativamente . Me examinó y luego dio su diagnóstico: -De acuerdo con lo que observo y con lo que me dice, físicamente no le veo ninguna condición que le produzca l

ME RENDÍ ANTE LA VIDA.
PARTE II...

La crisis aparentemente había pasado; a pesar de ello, mi cuerpo aún se sentía expuesto. Toda esta vivencia había hecho que vislumbrara esos pequeñísimos detalles, que la mayor parte del tiempo pasan desapercibidos. No puedo negar que mientras estaba a un paso de debatirme entre la vida y la muerte, muchos aspectos llegaron a mi. El amor que siento por mi hija se hizo evidente, al igual que el apoyo de esos seres de luz que normalmente me acompañan. No estaba sola en ese mundo de consciencia. Había experimentado la unidad y eso me permitiría estar en paz. Mi vida se reflejaba como escenas de una película y segundo a segundo, aumentaba la sensibilidad hacia mi propia humanidad. Fue esa sensibilidad la que me condujo a preguntar qué me había hecho llegar a hasta este punto; es decir, de qué manera estaba reteniendo cosas que no sabía cómo expresar que me estaban llevando a tener una experiencia como esa para sacudirme; sí, fue esa sensibilidad la que me hizo aceptar lo que muchas vec

ME RENDÍ ANTE LA VIDA.
PARTE I...

Sucedió mientras tomaba un descanso al caer la tarde. La noche anterior me había comenzado un leve dolor en la garganta; pero eso no fue impedimento para departir un reencuentro, en un prestigioso hotel de la ciudad, con algunos de los compañeros con los que inicié mi carrera universitaria. Por lo general, cuando salgo a divertirme evito trasnochar; me gusta llegar temprano a casa; pero esta vez, la ocasión lo ameritaba; hacía más de diez años que no veía a mis compañeros de la U; así que regresé a casa alrededor de las 2.00 am. No tenía sueño; por lo que me dispuse a revisar, organizar y subir las fotos de la velada a una de las redes sociales en las que estoy. Mientras me ocupaba en ello, amaneció. Alrededor de las 5.30 am, intenté conciliar el sueño; dormí por espacio de dos horas aproximadamente y me levanté a desayunar. Siempre me ocurre que cuando salgo de mis esquemas nocturnos, al día siguiente paso la mañana cansada y sin poder dormir y sólo hasta después de mediodía puedo con