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LA FUENTE DE TU FELICIDAD...


En ocasiones sucede que se conoce a alguien por el que uno se interesa y se ponen todas las ilusiones, todas las esperanzas en él, como si de dicha persona dependiera toda la felicidad que se quisiera sentir.

Luego de ello, uno siente que se desgasta, que la vida le sabe a nada y que nada tiene sentido si esa persona no le corresponde como uno quiere que le corresponda. Se permite uno dañar un posible acercamiento, una posible amistad, por culpar a esa persona de no sentirse amado por ella.

Pero, ¿realmente esa persona es la culpable de nuestra desgracia o somos nosotros quienes con nuestros apegos y egoísmos nos sentimos incapaces de tomar el control de nuestra vida? ¿Realmente es esa persona culpable por permitirnos hacer crecer el amor en nuestras vidas sabiendo en el fondo de nuestro corazón que no vamos a ser correspondidos? ¿Realmente es esa persona culpable por creernos superhumanos capaces de hacer sentir a ese alguien el amor que queremos sienta por nosotros?

Uno se puede permitir sentir, incluso, por alguien que a uno no lo quiere; pero si uno toma esa decisión, lo que no puede permitir que es que ese sentimiento le robe a uno la calma y le haga perder el equilibrio.

La gran mayoría de veces uno olvida que la única manera que se tiene para ser feliz es trabajar constantemente en el encuentro consigo mismo; la única manera que se tiene es no poner la felicidad en nadie más que en uno mismo; es tomar las riendas de la vida y decirse: yo puedo sentirme feliz; yo quiero sentirme feliz, yo necesito sentirme feliz y en últimas YO SOY FELIZ y no puedo, ni quiero permitir que nada, ni nadie me quite la paz que Dios me regala.

La felicidad es una tarea constante y el hacerse consciente de ello es un proceso, que en sus inicios, es más lento y difícil para unos que para otros. Dios nos hizo a su imagen y semejanza; por esa razón, tenemos la responsabilidad de crear y generar situaciones que nos hagan crecer y que nos permitan acercarnos más al centro de nuestro ser, que es el lugar donde Él habita en nosotros y nosotros en Él.

¿Eres la fuente de tu felicidad?

¡ARDIENDO EN FUEGO TU VIDA ESTÁ; ARDE PRIMERO PARA TI, PARA PODER SALIR AL ENCUENTRO CON EL MUNDO Y DISFRUTAR DE LOS DEMÁS SANAMENTE!

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