Nuevamente retomo la intención de publicar mis escritos.
Al hacer el ejercicio de buscar cuál fue el más reciente, me es imposible no comenzar a leer algunos apartes de ellos. Me lleno de alegría al darme cuenta de cuánta sincronía disfruto desde hace algún tiempo.
"La vida tiene magia". Sí, es cierto; cada día que pasa aumenta esa magia en mi experiencia. Pienso en alguien que no he visto y al cabo de unos pocos minutos, recibo un mensaje de texto o una llamada telefónica de dicha persona. Pienso en algún método o en alguna estrategia para equilibrar el cuerpo y escojo uno de los archivos descargados anteriormente en el computador o abro una página en Internet que preciso habla acerca de mis cuestionamientos. Produzco algún texto y cuando vuelvo a mis lecturas habituales es lo que encuentro como tema de estudio. Me hago preguntas sobre mis vivencias y aparecen como parte del contenido de la canalización del mes que veo por la web a través del Crimson Circle*. Incluso, hasta cuando duermo; me despierto justo antes de que el perro ladre porque ve un gato u otro animal en la noche; de que empiece a llover, de que alguien en la casa se levante o antes de que mi mamá me toque la puerta preocupada porque mi hermano aún no llega. Sensaciones como las de la madrugada del terremoto en Chile y en Haití; emociones de llanto y ansiedad como el día de la muerte de un amigo; certezas como las del día en el que "el Junior de Barranquilla" alcanzó su sexta estrella en el Campeonato Nacional de Fútbol. Experiencias como las que me ocurren a menudo con las aves, son apenas algunos apartes de las bendiciones que tengo en esta etapa de mi vida.
La más reciente, ocurrió este viernes pasado: tomo el celular para discarle a un amigo con el que tenía rato sin conversar y desisto de llamarle; me acuesto y soy consciente de mis pensamientos; termino decidiendo escribir. Tomo el computador para hacerlo y antes de emprender dicha tarea, me conecto a uno de los servicios de mensajería instantánea existentes y sí, me encuentro con mi amigo al que le comento mis intenciones de llamarle; me dice que el celular no funciona en el lugar donde se encuentra y luego de las respectivas preguntas que se hacen al retomar un vínculo, nuestra conversación giró en torno al tema que pensaba publicar.
Cuando llegó mi turno para hablar, comencé diciéndole: "Esto de la sincronicidad es algo mágico..." fue lo que se me ocurrió en el momento; pero ahora, simplemente me digo que la sincronicidad es la forma que encuentra el amor para manifestarse. Sí, la sincronicidad es el amor expresado en su más alto potencial. Me hace feliz el hecho de que cuando suceden todas estas maravillosas experiencias, como es normal, me invaden las preguntas, pero espontáneamente me ocupo y me desenfoco de ellas; es algo que pasa sin proponérmelo. Y luego, cuando se den sea consciente de que ésta es la forma en que el amor se expresa. Acto seguido, sonrío y me muestro agradecida.
Cada una de las notas que aún está sin publicar, cuya etiqueta sea la dimensión consciencia o crónicas, se caracteriza por esta sincronicidad de la que hablo; parece cosas de locos; pero, es tan real como el hecho de estar escribiendo; es tan real como el hecho de existir. Publicarlas es mi manera de agradecer tantas bondades; es mi manera de apilar mis experiencias en este caminar y es mi manera de retribuir todo lo que me he dado y me ha sido dado.
Soy yo la que escribo...
Al hacer el ejercicio de buscar cuál fue el más reciente, me es imposible no comenzar a leer algunos apartes de ellos. Me lleno de alegría al darme cuenta de cuánta sincronía disfruto desde hace algún tiempo.
"La vida tiene magia". Sí, es cierto; cada día que pasa aumenta esa magia en mi experiencia. Pienso en alguien que no he visto y al cabo de unos pocos minutos, recibo un mensaje de texto o una llamada telefónica de dicha persona. Pienso en algún método o en alguna estrategia para equilibrar el cuerpo y escojo uno de los archivos descargados anteriormente en el computador o abro una página en Internet que preciso habla acerca de mis cuestionamientos. Produzco algún texto y cuando vuelvo a mis lecturas habituales es lo que encuentro como tema de estudio. Me hago preguntas sobre mis vivencias y aparecen como parte del contenido de la canalización del mes que veo por la web a través del Crimson Circle*. Incluso, hasta cuando duermo; me despierto justo antes de que el perro ladre porque ve un gato u otro animal en la noche; de que empiece a llover, de que alguien en la casa se levante o antes de que mi mamá me toque la puerta preocupada porque mi hermano aún no llega. Sensaciones como las de la madrugada del terremoto en Chile y en Haití; emociones de llanto y ansiedad como el día de la muerte de un amigo; certezas como las del día en el que "el Junior de Barranquilla" alcanzó su sexta estrella en el Campeonato Nacional de Fútbol. Experiencias como las que me ocurren a menudo con las aves, son apenas algunos apartes de las bendiciones que tengo en esta etapa de mi vida.
La más reciente, ocurrió este viernes pasado: tomo el celular para discarle a un amigo con el que tenía rato sin conversar y desisto de llamarle; me acuesto y soy consciente de mis pensamientos; termino decidiendo escribir. Tomo el computador para hacerlo y antes de emprender dicha tarea, me conecto a uno de los servicios de mensajería instantánea existentes y sí, me encuentro con mi amigo al que le comento mis intenciones de llamarle; me dice que el celular no funciona en el lugar donde se encuentra y luego de las respectivas preguntas que se hacen al retomar un vínculo, nuestra conversación giró en torno al tema que pensaba publicar.
Cuando llegó mi turno para hablar, comencé diciéndole: "Esto de la sincronicidad es algo mágico..." fue lo que se me ocurrió en el momento; pero ahora, simplemente me digo que la sincronicidad es la forma que encuentra el amor para manifestarse. Sí, la sincronicidad es el amor expresado en su más alto potencial. Me hace feliz el hecho de que cuando suceden todas estas maravillosas experiencias, como es normal, me invaden las preguntas, pero espontáneamente me ocupo y me desenfoco de ellas; es algo que pasa sin proponérmelo. Y luego, cuando se den sea consciente de que ésta es la forma en que el amor se expresa. Acto seguido, sonrío y me muestro agradecida.
Cada una de las notas que aún está sin publicar, cuya etiqueta sea la dimensión consciencia o crónicas, se caracteriza por esta sincronicidad de la que hablo; parece cosas de locos; pero, es tan real como el hecho de estar escribiendo; es tan real como el hecho de existir. Publicarlas es mi manera de agradecer tantas bondades; es mi manera de apilar mis experiencias en este caminar y es mi manera de retribuir todo lo que me he dado y me ha sido dado.
Soy yo la que escribo...
*El Crimson Circle es una red global de ángeles humanos de la Nueva Energía quienes conforme experimentan las alegrías y retos del estatus de ascensión ayudan a otros humanos en sus viajes, a través de compartir, cuidar y guiar. Se reunen mensualmente en Golden, Colorado y en la actualidad presentan a Adamus Saint Germain por intermedio de Geoffrey Hoppe.
Su sitio web http://www.crimsoncircle.com/
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